(L.A. Records / Cargo
Records)
Stan Bush, una de las voces de culto del A.O.R., sigue sacando
trabajos, sin pausa pero sin prisa, para dar continuidad a una carrera que
comenzó sorprendiendo al gran público a mediados de los ochenta mostrando siempre
una tremenda clase en sus composiciones. Aunque a la vista del contenido de
este nuevo trabajo puede quien piense que sigue viviendo de las rentas de tres
de los enormes hits que facturó en su momento: “The Touch”, “Dare” y “Never
Surrender”, que formaron parte de algunas bandas sonoras de películas y series
televisivas de relativo éxito, y que ahora vuelve a recuperar una vez más junto
a ocho nuevas canciones. Yo prefiero quedarme con que todavía es capaz de hacer
buenos temas, quizá con demasiados momentos lentos, pero perfectamente
disfrutables dentro de un álbum más que correcto, que si además se completan
con esos tres clasicazos, pues mejor que mejor.
Para esta nueva entrega,
decimotercera en estudio teniendo en cuenta también sus trabajos como Stan Bush & Barrage, el vocalista
norteamericano ha contado con la colaboración del Holger Fath (producción, guitarra, bajo y teclados) y de Tom Walsh (batería), creando un sonido
absolutamente clásico y reconocible, con ese buen gusto habitual dejando que
luzca el personal y siempre reconocible voz del protagonista principal.
Comienza el disco con el
envolvente medio tiempo que le da título “Change The World”, teclas suaves,
guitarras discretas y elegantes, voz cálida y emotivo estribillo para
transmitir un esperanzador mensaje de unidad doblando melodías vocales con un
bonito coreo que aporta fuerza y sentimiento a su sonido con toques sinfónicos.
Se anima el ritmo con la más potente “Warrior” plasmando todo la esencia ochentera
y peliculera con aportes sintetizados acompañando unas voces motivantes
llegando a su estribillo claro y rotundo, ideal para formar parte una banda
sonora de acción, en este caso ha sido elegida para el video juego Shadow Warrior 2 (2016).
Sigue la onda animada con la alegre
“Born To Win”, otro tema que transmite motivación y optimismo, con un
estribillo clarísimo rompiendo con unos excelentes coros como protagonistas
junto a unas brillantes teclas y guitarras, pasando después a terrenos mucho
más relajados y románticos con la intensa balada “The Story of Love” en la que Bush demuestra una vez más que se mueve
como pez en el agua en este tipo de canciones dejándonos una gran
interpretación plena de fuerza y emotividad rematada por un precioso solo de
guitarra española de la mano de Fath.
Vuelven los aires sinfónicos sin
abandonar el A.O.R. en la cumplidora “Live Your Dream” con los teclados
envolviendo todo antes de romper con su reiterado estribillo dentro de un
sólido ritmo atemperado, prolongándose en la tórrida “Break These Chains” que
se desarrolla amortiguada pero intensa, sobresaltada por algunos impetuosos
arranques vocales que le aportan una notable potencia dentro de una
instrumentación algo embarullada.
Más momentos relajados con las
baladas “The Other Side Of Love” y “The Secret”, expresiva y cálida la primera
adornada por un preciosista solo de guitarra, y más acústica y susurrante la
segunda, con una ligerísima base rítmica dejando que una vez más luzca con sentimiento
la voz de Stan acompañada de unos
suaves corso. Antes de este último corte que cierra el disco aparecen los tres
temas clásicos recuperados para la ocasión, “Never Surrender” puro A.O.R.
motivante de los ochenta, incluida en su momento únicamente en la banda sonora
de la película protagonizada por Jean-Claude
Van Damme Kickboxer, con unas
armonías enormes en guitarras, teclas y voces, algo perfectamente aplicable a
“Dare” y al mega hit “The Tocuh” incluidos ambos en la banda sonora de The Transformers, y en el caso de la
segunda es habitual escucharla en numerosas series americanas de televisión.
Lo dicho, otro buen disco del
señor Bush que sigue siendo uno de
los referentes del A.O.R. mundial, esperemos que siga siéndolo por mucho
tiempo.
Mariano Palomo
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