(Frontiers / Mastertrax)
Al mismo tiempo que se publica un recopilatorio con temas
regrabados de la Electric Light Orhcestra (podéis leer la reseña
publicada en Alianza hace unos días) su líder Jeff Lynne se saca de la manga un
disco de versiones de los temas que le influenciaron en su adolescencia creadas
originalmente desde hace más de medio siglo. Un disco que se aleja bastante del
rango estilístico de que solemos ocuparnos en este espacio, pero que tratándose
de una figura tan influyente dentro del rock creemos que merece la pena aunque
sea una pequeña reseña del mismo.
La mayoría de los temas son tranquilos, con ritmos
bastante suaves que nos transportan a unas épocas que dada mi edad he conocido
casi de refilón a través de discos como este o de proyectos audiovisuales
retrospectivos y que al final acaban quedándose en la memoria haciendo que nos
suenen sus melodías al volver a escucharlas. Mucho romanticismo envuelve a
temas como la inicial “She” composición del mito francés Charles Aznavour que
ya fue versionada en su momento por Elvis Costelo y que me suena mucho a los
Beatles más acomodados, siendo una referencia esta que también aparece en la
más rítmica y sosa “If I Loved You” de los compositores Rodgers y Hammerstin, y
en el electro-acústico medio tiempo “So Sad” original de los Everly Brothers y
que también incluyó George Harrison en su discografía.
Seguimos con temas de escasa gracia que invitan a un casto
baile agarrado con la excesivamente edulcorada “Bewitched, Bothered And
Bewildered” que formó parte de un musical de Broadway de la mano de Vivienne
Segalt, la sensual de voz profunda “Running Sacred” surgida originariamente del buen hacer de
Roy Orbison, con la susurrante “Smile” muy suave que fue obra nada menos que
del genial Charles Chaplin haciéndola popular Nat King Cole, unas de las
mejores voces negras para este tipo de composiciones, al igual que lo fue la de
Etta James que prestó su talento a “At Last” una cinematográfica pieza a ritmo
de vals escrita a principios de los cuarenta.
Algo más de cuerpo, aunque no de ritmo, nos encontramos en
la cincuentera “Love Is A Many Splendored Thing” que también aparecía en una
banda sonora de la época que interpretaron The Four Aces y que bien podría
haber encajado dentro de película como Grease con un barniz más E.L.O. con los
coros y arreglos que nos encontramos en la versión de este trabajo.
Los ritmos más animados los encontramos en el rock &
roll más clásico de Chuck Berry con “Let It Rock” de pianola y contrabajo
marcados, con la electro-acústica “Mercy Mercy” de percusión hueca firmada Don
Covay en 1964, y con la curiosa “Beyond The Sea” de aires crooner e incluso de
baile de salón escrita a mediados de los cuarenta por Trenet y Lawrence,
haciéndola famosa quince años después Bobby Darin.
La mayoría de los nombres que aparecen aquí son
desconocidos para mí, los aporto prácticamente a título documental, para que
quien sí los conozca pueda ubicar los temas que puede encontrarse en este
trabajo que es una pura elegía a la nostalgia más personal del señor Lynne,
pero que también puede conseguir que alguno profundice algo más en las raíces
de esta historia. Yo de momento me limitaré a ponérmelo de vez en cuando de
fondo para tener una agradable compañía musical, desde luego no apto para
soltar adrenalina.
Mariano Palomo
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