martes, 5 de junio de 2018

DON AIREY “One of a Kind”


(Ward Records)
Nueva entrega discográfica uno de mis músicos favoritos de toda la vida, el señor Don Airey, que no creo que a estas alturas necesite presentación (Deep Purple, Gary Moore, Rainbow, Ozzy Osbourne). Probablemente junto a Don Airey y a Keith Emerson, el teclista más brillante que ha dado la historia del rock, y que de un tiempo hasta parte, desde que publicara el fantástico “A Light In The Sky” (2008), tiene la buena costumbre de sacar cada tres o cuatro años nuevo material en solitario.
En solitario como cabecera de lanzamiento, pero acompañado por una buenísima banda, con Carl Sentance (Nazareth, Krokus, Persian Risk) como más que apropiado cantante aportando su potente voz encajando en las composiciones del teclista británico, rivalizando en brillantez con el magnífico guitarrista Simon McBride (Snakecharmer) que deja momentos memorables, todo ello sobre la técnica y rotunda base rítmica que completan el versátil bajista Laurence Cottle (Alan Parsons Project, Gary Moore) y el poderoso batería Jon Finnigan.
Un disco que combina el hard rock más clásico con pasajes de sinfonismo marca de la casa consiguiendo redondear piezas muy atractivas, comenzando por la dinámica “Respect”, con unas teclas orgánicas que marcan su desarrollo sobre unas poderosas guitarras entre las que se eleva la voz de Sentance con versátiles entonaciones. Se atempera el ritmo en la más sinfónica “All Out of the Line” rompiéndose un poco la voz envuelta de teclados con un ligero toque psicodélico, que se acentúan mostrando la maestría de Airey en la espectacular “One Of a Kind” adornada por bonitos arreglos orquestales sin olvidarnos de la guitarra poniendo el contrapunto más duro en algunos fragmentos.
Se tranquiliza el ambiente con la sentimental balada “Everytime I See Your Face” dotada de una cuidada y suave instrumentación, destacando unas maravillosas guitarras, para acompañar la expresiva interpretación vocal de Sentance, que toma tintes atormentados en la teatral “Victim of Pain” con un punto tétrico pero muy melódico dejándonos otra exhibición de teclados del maestro. Un Maestro que sigue ejerciendo su magisterio al piano en el preciosista medio tiempo “Running Free” rivalizando en gusto con la incisiva guitarra de McBride creando una composición llena de encanto.
Más ritmo e intensidad para “Lost Boys” mucho más hard con riffs potentes y voces desafiantes, pero también con su correspondiente carga de sinfonismo en un virtuoso duelo de teclas y cuerdas, que vuelven a relajarse en la suave “Need You Bad” que nos deja unos bonitos arpegios “progresivizándose” en su parte final, prácticamente como preludio a lo que nos encontramos en “Children of the Sun”, corte con mucho ritmo donde la voz áspera voz de Sentance empasta con la base hard completada por la correspondiente dosis de virtuosismo con un nuevo duelo de teclas y guitarras.
Nos aproximamos al último tercio del disco con el que probablemente sea mi tema favorito del mismo, una delicia instrumental titulada “Remember To Call” llena de sensibilidad con un inmenso trabajo de guitarra en el que McBride recuerda al añorado Gary Moore en aquel mítico “K2-Tales of Triumph and Tragedy” (1988), ópera prima en solitario de Don Airey con la que nos sobrecogió en su momento. Cierra la remesa de temas nuevos la luminosa “Stay In The Night” tema hard vacilón con grandes detalles instrumentales, destacando la pulsación de bajo de Laurence y la versátil percusión de Finnigan, recordando a la última época de Deep Purple.
Unos Purple que son a los primeros que recuerdan con “Pictures of Home” encabezando el póker de temas míticos rescatados en directo para la ocasión y que fueron registrados en el Fabrik de Hamburgo el 14 de marzo de 2017. Esta primera versión, como las otras tres, suena magníficamente bien haciendo que no echemos en falta a los originales, muy fiel, para meter algún cambio ya en las dos siguientes pertenecientes a Rainbow, “Since You’ve Been Gone” acentuando el sonido de piano y obviando los coros de su estribillo, al igual que en “I Surrender” marcada por una entrada renacentista de teclados para luego explayarse y desarrollarse como la conocemos con la voz de Sentance cumpliendo algo engolada y con McBride volviendo a lucir a la guitarra, como lo hace en la final “Still Got The Blues” espectacular revisión del clásico de Gary Moore para poner un magnífico broche a este gran trabajo.
Mariano Palomo

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