(Frontiers / Mastertrax)
Una de las apuestas más fuertes del
sello referente del hard rock y el
A.O.R. es la de este nuevo grupo surgido en Suecia. Prueba de ello fue
su inclusión dentro del cartel de la primera edición del Frontiers Rock Festival celebrado el pasado mes de mayo y que tras
presenciar su actuación me dejaron bastantes dudas que tenía curiosidad por ver
si se despejarían tras la escucha de su debut discográfico homónimo.
El caso es que me han gustado
bastante más en estudio de lo que lo hicieron en directo, sin acabar de
matarme, pero sí exhibiendo bastante más solidez y coordinación de la mostrada
sobre las tablas hace unos meses. Sigue echándome un poco para atrás la voz
excesivamente nasal para mi gusto de su atractiva vocalista Tave Wanning, una chica que venía un
dúo de pop para adolescentes y cuyo deje más facilón y comercial todavía no se ha
acabado de sacudir del todo, aunque lo intenta con su actitud y giros más
macarras.
Sí me ha convencido más el aporte
instrumental de sus compañeros, especialmente por la compacidad de su base
rítmica que forman Soufian Ma’Aoui (bajo)
y Marcus Johansson (batería), y por
los ataques guitarreros que por momentos proponen Ludvig Turner y Alexander
Hagman, colaborando también estos últimos y Soufian a la hora de cubrir coros y voces.
Mucho de la mejora del sonido en
estudio respecto al directo supongo que tendrá que ver con la inestimable
participación del genial Erik Martensson (W.E.T., Eclipse) que se hace cargo de la
producción del trabajo dejando su sello sobre todo en algunos temas como la
potente “Want It All” con un sonido de
teclados que me recuerda a sus bandas con mucha presencia y melodía aderezada
por un estribillo ochentero muy pegadizo y comercial, como sucede en la más
lenta “When We’re Gone” suavizada por un ligero toque acústico con la voz de Tave susurrante y dulce a lo Erika dejando ese barniz pop, que se
torna más épico en la sólida “Playing To Win” un corte más serio que me
recuerda ligeramente al “Battlegrounds” de Eclipse.
Esa cadencia hard da apertura
también a la inicial “Black n’ Blue” un tema correcto pero algo sombrío en el
que las guitarras punzantes pero melódicas de Ludvig y Alexander se
imponen sobre sus líneas vocales, cambiando las tornas ligeramente en “Change”
un corte con un ritmo más vivo y efectivo, dando un salto más de intensidad y
crudeza a continuación con dos cortes fiesteros y vacilones como “Generation
Left Behind” y “Girls Gone Wild” de clara influencia angelina ochentera, sobre
todo el primero con un riff muy Crüe,
resultándome de lo más atractivo y pegadizo del disco.
En esa misma línea directa y
guitarrera de estribillos martilleantes y ganadores, pero más cercanas al
A.O.R., nos encontramos con la provocadora “Oh Yeah!” sencilla y eficaz totalmente coreable, al igual que “No, No, No”
pegadiza a más no poder como ya pudimos comprobar en directo siendo la que más
se me quedó en su momento. Dejo para el final el corte más fiestero del CD, “Too
Young To Die”, tema perfectamente radiable, muy Danger Danger, pero para mi gusto
algo edulcorado, o cheessy como dirían los ingleses.
Al final y a base de darle
escuchas el disco ha terminado por convencerme bastante pero en cualquier caso
todavía tienen margen de mejora por delante, sobre todo en lo que al
tratamiento de voces se refiere. La base y las ganas la tienen, ahora sólo
falta matizar estos aspectos para seguir creciendo y justificar la confianza
depositada en ellos por su compañía.
Mariano Palomo
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