(AFM / Avispa)
No son muy conocidos en nuestro país los alemanes Sinbreed. Hasta cierto punto, son un grupo principiante, pues este es su segundo disco, y el primero, “When Worlds Collide”, que data de 2010, no tuvo demasiada repercusión. Pero si decimos que tienen entre sus filas a dos Blind Guardian, el guitarrista Marcus Siepen y el batería Frederick Ehmke, la cosa cambia un poco. La formación la completan la voz de Herbie Langhan, el bajo de Alexander Schulz y la guitarra de Flo Laurin, quien también se ha encargado de grabar los teclados.
¿Qué nos ofrece Sinbreed? Pues power metal de manual, sin más complicaciones. Desde la primera canción, “Bleed”, que además es la que utilizan como vídeo-clip, las cosas están más que claras. Lo mismo puede decirse de “Shadows”, la que da nombre al trabajo. Y de “Call To Arms”, la siguiente. Y de “Reborn”, la que va a continuación. Y así hasta un total de diez cortes. Velocidad, estribillos fácilmente asimilables, temas no muy largos y escaso lugar para experimentos progresivos. Ni siquiera viene la tradicional balada. Desde el comienzo con “Bleed” hasta el final con”Broken Wings”, la línea a seguir está perfectamente definida. Y sin duda hará las delicias de los aficionados al género.
Como en prácticamente todo, la valoración depende de los gustos de cada uno. Para los seguidores del power germano, sin duda será uno de los mejores discos del año. Para el resto de público, un CD tan lineal terminará pareciéndoles poco original y les resultará repetitivo. Bien es cierto que no inventan nada ni lo pretenden, pero eso no quita que las canciones son buenas y que, aunque demasiado homogéneo, han facturado un buen disco.
Nacho Jordán
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