KHY “Volver a Creer”

(Warner)

No vamos a perder tiempo y espacio recordando a estas alturas la trayectoria de Patricia Tapia, ni describiendo su gran talento como vocalista. Todos sabemos perfectamente quién es, cómo canta y de dónde viene. Que sacaría un disco técnicamente perfecto era algo que sabíamos de antemano. La pregunta era, ¿qué clase de música iba a componer ahora? ¿Por dónde iban a ir sus nuevos derroteros? Y la verdad es que después de escuchar el disco la respuesta se queda en el aire. Porque es un trabajo tan heterogéneo, que no me atrevo a catalogarlo. Las etiquetas son al mismo tiempo odiosas y necesarias, porque no hay más remedio que explicar con palabras lo que has escuchado. Y los doce cortes que componen el CD son tan variados, que por lo menos a mí me cuesta mucho encontrar un denominador común. ¿Es un mal disco? Todo lo contrario, es muy bueno, es genial, lo que pasa es que cada tema es un mundo. En general podría encuadrarlo, por decir algo, en las nuevas tendencias del rock. Pero, como digo, cada canción debe ser escuchada individualmente. Personalmente me han gustado mucho las más próximas al Hard Rock sin complicaciones, como la melódica “En mi memoria” o la marchosa “Nada sin tu piel”, y sin duda habrá mucha gente que no estará de acuerdo. Quizá las letras sí pueden considerarse un elemento de cohesión más que la propia música, pues todas son muy intimistas. Para esta andadura paralela a Mägo, Patricia se ha hecho acompañar en la batería por el antiguo compañero de Nexx Oscar Pérez, en el bajo Daniel Fraile, Juan Guadaño a los teclados, y en las guitarras Jaime de la Aldea y su hermana Mónica Tapia, con la que también comparte labores vocales. Ni que decir tiene que entre los invitados no faltan músicos de la banda madre. Falta por ver hasta qué punto el nuevo proyecto va a tener continuidad, y sobre todo, cómo va a resultar en vivo, pues un disco tan elaborado corre el riesgo de no poder ser correctamente trasladado al terreno del directo.

Nacho Jordán