(Mascot Records / Mascot Label Group)
Hoy mismo se pone a la venta el tercer
disco de los hard rockeros canadienses Monster
Truck, sucesor de su impactante “Sittin’
Heavy” (2016) con el que ya empezaron a dar mucho que hablar en todo el
Mundo. Manteniendo las señas de identidad de aquel, en este nuevo trabajo
siguen evolucionando a base de solidez y contundencia bajo el marcado influjo
del hard setentero, salpicado de elementos blues, sureños y stoner, completando
un sonido actualizado pleno de poderío y llegada.
La formación sigue inalterada,
con el bajista y cantante Jon Harvey
al frente, secundado por el guitarrista Jeremy
Widerman, el teclista Brandon Bliss
y el batería Steve Kiely, todos
ellos a buen nivel consiguiendo un resultado sólido y rotundo desde la macarra
inicial “True Rocker” vibrante declaración de principios directa y sencilla, desafiante
y divertida, frenética por momentos, marcada por unos coreos contagiosos y una instrumentación
que enganchan sin remedio, contando además con el aporte a modo de discurso
intermedio de Dee Sneider (Twisted
Sister).
Continúan en clave más setentera
con “Thundertruck”, con gran presencia de los teclados orgánicos de Bliss sobre la poderosa pegada de Kiely y los distorsionados riffs de Widerman, mientras Harvey muestra su lado más arrogante a la voz y dinámica al bajo,
para caer luego el ritmo en la cadenciosa y densa “Evolution” de sonido más
actual y pesado con un ligero toque psicodélico.
Entran en terrenos blues sureños
con la sinuosa “Devil Don’t Care”, voz arrastrada y limpia, rítmica marcada,
armónica y guitarras empastadas polvorientas, todo ello para redondear uno de
mis cortes favoritos del disco, con mucho cuerpo y encanto, al igual que la
divertida “Being Cool Is Over” con la guitarra rascando con fuerza acompañada
por unas buenas teclas corriendo sobre su acelerado ritmo de voces algo
desparramadas, tema corto y con mucha llegada ideal para ser coreado en
directo.
Más atemperada y trabajada
aparece a continuación “Young City Hearts” con la distorsión marcada pero
limpia sobrevolando unas orgánicas teclas y unas buenas melodías de voz,
bajando más aun el ritmo con la bluesy “Undone” melancólica, con mucho cuerpo
en la que luce la profunda voz de Harvey
rodeada de envolventes guitarras y adornada por buenos detalles de órgano, que
también encontramos aunque en menor medida en “In My Own World” plena de
electricidad dentro de cierto caos controlado de voces y riffs.
Nos acercamos al final del disco
con otro de los temas más resultones “Denim Danger”, hard setentero con un
punto stoner, sólido en su rítmica con
el bajo muy marcado y dinámico en sus voces y arreglos de teclas y guitarra.
Meten un punto más de potencia y ritmo en la desafiante “Hurricane”, rasgando
voces y guitarras con poderío con un marcadísimo riff entre el que aparece un
áspero estribillo. El cierre lo pone el corte más extenso del trabajo, “The
Howllin’” lento y pantanoso que acaba embaucando con sus acertados toques de
órgano y armónica sobre su intensa base creciente.
Buen final para casi cuarenta
minutos de buen hard rock repartidos en once composiciones que en su mayoría,
salvo un par de ellas, rondan los tres minutos de duración, y que reafirman a Monster Truck como una de las bandas
más interesantes del género en la actualidad. Además tendremos la oportunidad
de verles por aquí abriendo para Black
Stone Cherry a finales de noviembre, así podremos comprobar si es cierta la
fama que tienen sus directos, contando los días estamos.
Mariano Palomo
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