(Crisis De Fe / Background Noise)
Parece que los valencianos Crisis De Fe quieren orientar su sonido hacia derroteros más actuales y melódicos, algo que ya se intuía en su anterior trabajo “III” y que ahora confirman con este “Nunca Llueve Eternamente”. Sin modernizarse en exceso, pero sí dejando bastante aparcado el heavy metal más tradicional y estándar de sus dos primeros trabajos y de buena parte del tercero, en este cuarto se sumergen en sonidos de hard rock actual, donde la voz de José Maset, nuevo miembro de la banda que sustituyó a Juan Pascual Pérez, cobra protagonismo rodeada de algunos efectos y supone un giro más melódico y profundo. El resto de la banda sigue siendo la misma, con Aleks Tomás al bajo, Miguel Tuset y Paco Saiz a las guitarras, y Ricky Vaño a la batería. El disco se abre con el corte que le da título y que alude a una frase de la película “El Cuervo” de infausto recuerdo para los admiradores de Brandon Lee, y que en lo musical arranca potente, con un marcado ritmo y buenos coros que completan una interesante composición de hard rock de corte actual y pegadizo, al igual que lo es la más asequible “Polvo y Arena” en la que conjugan caña y melodía con buenos matices. Por la misma senda avanza “Duerme” con aire a los últimos Avalanch con su cortadas guitarras enfrentadas con la voz melódica de José, que sigue brillando en la atormentada y potente “Llamada Al Pasado” y en la dinámica “Mundo Gris” con toques más actuales y agresivos. Se toman un respiro con la relajada “Ayer”, en la que mezclan acústicas y eléctricas, contrastando partes punzantes con otras más suaves, para meterse en secuencias modernas con la poderosa “Cada Minuto” que acaba siendo más clásica y hard rockera. Un par de acelerones con “Renuncia” donde brilla el bajo marcado de Aleks Tomás junto a la voz más arrastrada de Maset, y con “Desaparecer” en la que saturan más las guitarras a lo Metallica de la última época, para cerrar definitivamente con la magnífica “El Viejo Reloj” una nostálgica pieza acústica, de gran letra y base rítmica, llena de intensidad e ideal para poner el punto final a este buen disco. Quizá algo plano y falto de matices en algunos momentos, pero mostrando una interesante evolución por parte de la banda levantina.
Parece que los valencianos Crisis De Fe quieren orientar su sonido hacia derroteros más actuales y melódicos, algo que ya se intuía en su anterior trabajo “III” y que ahora confirman con este “Nunca Llueve Eternamente”. Sin modernizarse en exceso, pero sí dejando bastante aparcado el heavy metal más tradicional y estándar de sus dos primeros trabajos y de buena parte del tercero, en este cuarto se sumergen en sonidos de hard rock actual, donde la voz de José Maset, nuevo miembro de la banda que sustituyó a Juan Pascual Pérez, cobra protagonismo rodeada de algunos efectos y supone un giro más melódico y profundo. El resto de la banda sigue siendo la misma, con Aleks Tomás al bajo, Miguel Tuset y Paco Saiz a las guitarras, y Ricky Vaño a la batería. El disco se abre con el corte que le da título y que alude a una frase de la película “El Cuervo” de infausto recuerdo para los admiradores de Brandon Lee, y que en lo musical arranca potente, con un marcado ritmo y buenos coros que completan una interesante composición de hard rock de corte actual y pegadizo, al igual que lo es la más asequible “Polvo y Arena” en la que conjugan caña y melodía con buenos matices. Por la misma senda avanza “Duerme” con aire a los últimos Avalanch con su cortadas guitarras enfrentadas con la voz melódica de José, que sigue brillando en la atormentada y potente “Llamada Al Pasado” y en la dinámica “Mundo Gris” con toques más actuales y agresivos. Se toman un respiro con la relajada “Ayer”, en la que mezclan acústicas y eléctricas, contrastando partes punzantes con otras más suaves, para meterse en secuencias modernas con la poderosa “Cada Minuto” que acaba siendo más clásica y hard rockera. Un par de acelerones con “Renuncia” donde brilla el bajo marcado de Aleks Tomás junto a la voz más arrastrada de Maset, y con “Desaparecer” en la que saturan más las guitarras a lo Metallica de la última época, para cerrar definitivamente con la magnífica “El Viejo Reloj” una nostálgica pieza acústica, de gran letra y base rítmica, llena de intensidad e ideal para poner el punto final a este buen disco. Quizá algo plano y falto de matices en algunos momentos, pero mostrando una interesante evolución por parte de la banda levantina.
Mariano Palomo
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