miércoles, 2 de junio de 2010

VANDEN PLAS “The Seraphic Clockwork”

(Frontiers / Mastertrax)

Sin duda una de las formaciones más brillantes y perseverantes dentro del panorama progresivo del viejo continente son los alemanes Vanden Plas. Una banda de extensa trayectoria que ha sabido mantener su nivel a base de una gran calidad instrumental y compositiva unidas a una asequibilidad de la que carecen la mayoría de los grupos del estilo. Encabezados por el magnífico teclista Günter Werno y por el personal vocalista Andy Kuntz, vuelven a registrar una obra de gran altura junto al resto de componentes, Stephan Lill (guitarra), Torsten Reichert (bajo) y Andreas Lill (batería), conformando un compendio de temas atractivos, trabajados y brillantes, siguiendo el hilo argumental de una interesante historia conceptual de ciencia ficción con trasfondo histórico-religioso. Se inicia la obra con “Frequency”, de cadencia pesada y melódica donde la guitarra rasgada de Stephan se mezcla acertadamente con las melodías de voz de Andy y las teclas sinfónicas de Werno haciendo crecer al tema. Continua la historia con la más melancólica y matizada “Holes In The Sky” donde la profundidad instrumental se adorna con un buen solo de guitarra, para enlazar con la atmósfera envolvente del inicio de “Scar Of Angel” que introduce un corte afilado y potente de puro metal progresivo y en el que se unen brillantemente poderío y melodía para crear una composición compleja e intensa. Se oscurece un tanto el sonido con “Sound Of Blood”, manteniendo siempre las buenas melodías de voz, pero sin acabar de coger ritmo a pesar de su trabajada instrumentación con interesantes cambios de tempo, al igual que le sucede a la profunda y misteriosa “The Final Murder” con unos aires líricos y teatrales que la hacen más atractiva. Más bucólicos y románticos se ponen con “Quicksikver” de instrumentación suave, buenas guitarras y arreglos de piano y cuerda, acelerándose y afilándose en su parte final, como enlace para “Rush Of Silence” de marcado ritmo progresivo-sinfónico, de cierta ambientación oriental en sus teclas y con unos bonitos detalles acústicos muy melódicos que hacen de este corte uno de los más interesantes y asequibles del disco. En principio el CD se cierra con la compleja y elaborada “On My Way To Jerusalem”, que en sus casi trece minutos de duración supone un gran despliegue de cualidades técnicas de toda la formación en la que se mezclan ritmos suaves con guitarras potentes, incluso con ciertos momentos cercanos al jazz junto con otros puramente metaleros. El cierre definitivo lo ponen a modo de bonus track en directo con “Eleyson”, un tema curioso en el que los pasajes acústicos y melancólicos protagonizan el corte. Un muy buen disco, con grandes composiciones que vuelve a colocar a Vanden Plas en la primera línea del metal progresivo más melódico.
Mariano Palomo

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