(AFM / Avispa)
Ciertamente complicado me resulta encuadrar este segundo disco de los noruegos Triosphere. Un trabajo que aúna buenas y trabajadas composiciones que acercan el sonido de la banda al metal progresivo, ritmos y arreglos melódicos no muy alejados del heavy rock tradicional, y ambientaciones más próximas al power metal, todo ello coronado por la personal y potente voz de la vocalista y bajista Ida Haukland que le da un toque más tradicionalmente heavy a los temas. Desde el arranque tras la intro “Ignition”, atacan con cortes poderosos como “Driven” de ritmo vivo y dinámico, con buenos desarrollos guitarreros a cargo de Marius Silver Bergesen y T.O. Byberg, aunque algo atropellada en su base. Tras “Driven” nos encontramos con “Human Condition”, una pieza más matizada y melódica en la que las guitarras de nuevo sobresalen junto a la modulada voz de Ida, que se torna aun más expresiva en la intensa y personal “Death Of Jane Doe” matizada por buenos cambios afilados y melódicos. Se suaviza el ambiente con la apesadumbrada “Marionette” de nuevo con la voz sobresaliendo sobre una instrumentación más lineal, como sucede en “The Road Less Travelled” a la que le falta algo de chispa. Vuelve el ritmo lento e intimista con “The Anger And The Silent Remorse”, con un inicio de cello y piano que va cogiendo color con la profunda y melancólica voz de Ida, rompiendo más power y sinfónica con “Watcher” que va creciendo en su instrumentación y ritmo. La recta final se acerca a sonidos más clásicos con la sólida “Twenty One” recordando al inolvidable Dio por sus teclas y voces, y con la más machacona “Worlds Apart” que acaba de forma más ambiental y espacial, rematada por la outro “The Last Haven”. Cierre creciente para un disco bien trabajado, versátil, con buenos matices y competentes instrumentistas, aunque algo complejo de asimilar.
Ciertamente complicado me resulta encuadrar este segundo disco de los noruegos Triosphere. Un trabajo que aúna buenas y trabajadas composiciones que acercan el sonido de la banda al metal progresivo, ritmos y arreglos melódicos no muy alejados del heavy rock tradicional, y ambientaciones más próximas al power metal, todo ello coronado por la personal y potente voz de la vocalista y bajista Ida Haukland que le da un toque más tradicionalmente heavy a los temas. Desde el arranque tras la intro “Ignition”, atacan con cortes poderosos como “Driven” de ritmo vivo y dinámico, con buenos desarrollos guitarreros a cargo de Marius Silver Bergesen y T.O. Byberg, aunque algo atropellada en su base. Tras “Driven” nos encontramos con “Human Condition”, una pieza más matizada y melódica en la que las guitarras de nuevo sobresalen junto a la modulada voz de Ida, que se torna aun más expresiva en la intensa y personal “Death Of Jane Doe” matizada por buenos cambios afilados y melódicos. Se suaviza el ambiente con la apesadumbrada “Marionette” de nuevo con la voz sobresaliendo sobre una instrumentación más lineal, como sucede en “The Road Less Travelled” a la que le falta algo de chispa. Vuelve el ritmo lento e intimista con “The Anger And The Silent Remorse”, con un inicio de cello y piano que va cogiendo color con la profunda y melancólica voz de Ida, rompiendo más power y sinfónica con “Watcher” que va creciendo en su instrumentación y ritmo. La recta final se acerca a sonidos más clásicos con la sólida “Twenty One” recordando al inolvidable Dio por sus teclas y voces, y con la más machacona “Worlds Apart” que acaba de forma más ambiental y espacial, rematada por la outro “The Last Haven”. Cierre creciente para un disco bien trabajado, versátil, con buenos matices y competentes instrumentistas, aunque algo complejo de asimilar.Mariano Palomo
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